sin botas negras....

cuatro chinos claramente en estatus de turistas jugaban póker en el starbucks del sheraton sobre reforma.

afuera, lejos de las tercias y los ases, cientos de miles de mexicanos marchaban con paraguas y carreolas.
dudé por un segundo si yo podría apostar en china mientras tantas personas se amontonaban para dejar clara la causa que buscaban.
pensé que seguramente no.
then again... así soy yo y así son ellos, y en esta vida a cada quien lo llama lo que le toca.

no me hallé nunca.
la caminata dejó de ser una marcha y por ratos se convertía en un pasillo de compra de souvenirs.
lleve la veladora.
lleve la capa.
lleve la playera.
lleve la bandera.
lleve la linterna.

lleve algo...pero lléveselo.

yo lo que compré y de a gratis son varias preguntas aún sin contestar.
me llevo un sentimiento de confusión y duda.

sí, estamos hartos, sí queremos un cambio.
pero por qué pedirlo para nosotros? por qué no exigir un ya basta para todos los que están naciendo y creciendo en un país en donde el futuro que se ofrece jamás podrá compararse con el futuro que se puede robar y secuestrar.

niños vestidos de blanco que sentían que estaban en una fiesta, que no tenían ni idea del por qué, pero gritaban méxico méxico a todo pulmón, mientras otros niños de su misma edad vendían banderitas a 10 pesos. ...me queda claro cuál de ellos entiende mejor lo que es la desigualdad y la injusticia.

miradas vestidas de todos los colores menos blanco que veían pasar a la gente como si fuera un desfile tan lejano e indescifrable que hasta parecíamos de diferentes países. y por momentos creo que sí lo somos.



dieron las 830 y las veladoras se prendieron, el himno se cantó como cada quien quiso, más gritos y aplausos, catarsis colectiva.... y luego de regreso.

tan unidos llegamos...tan separados nos fuimos.
como si fuera una tarea que ya se había cumplido y eso fuera todo lo que pudiéramos hacer.

cantar el himno y prender veladoras es la solución?
parecía ser que todos pensábamos que sí.

triste ironía la que nos queremos hacer creer a veces.

en qué momento empezamos a visualizar la línea que nos divide por clases? en qué momento esa línea se volvió pretexto para prejuiciar e incluso odiar? en qué momento el miedo lo convertimos en odio, y el odio en la respuesta misma al miedo? en qué momento decidí ir a la marcha y por qué?

me declaro un ejemplo perfecto de la conformidad, de la falta de análisis de las propias acciones y de una mentalidad borreguista que da pena.

porque vestirse de blanco y caminar un rato es fácil.
pero no dejarse llevar por estereotipos y no llegar a los extremos es muy difícil.

porque lo mismo afecta que te digan pinche guera riquilla que pinche naco muerto de hambre.
y para que exista un vs. tiene que haber una división.
cuándo empezó cada mexicano a gritar por el méxico que afecte más al prójimo pero menos a sí mismo... en qué momento se nos olvidó que un grito compartido se oye más fuerte?

creo que las prácticas de terapia grupal e individual en el reclusorio oriente me están haciendo pensar de una manera muy diferente a lo que durante toda la vida me tragué.

un ladrón no nace, se hace, lo hacen, lo hacemos.

porque tanto afecta el que clava el clavo como el que ayuda a pasar el martillo.

y así nos la vamos llevando, esperando que alguien más recoja el tiradero para no tener que ver la mierda que nos rodea.
y eso que lo que nos llega es sólo el olor, pero qué hay de la gente que vive entre ella?

ambivalencia. total.

creo que el que yo haya ido no hace una diferencia en mi país, pero sí en mí misma.
ahora sé lo que no quiero ser.
no quiero ser la señora que grita que "hagan chicharron a los maleantes"
tampoco las niñas pendejas que le gritaban en la oreja a los policías exigiendo seguridad sin empezar ellas mismas por respetar.
me rehuso a ser la señora sorprendida por ver a tanta "gente bien" en la marcha.
pero tampoco ser el señor que mira con odio a los que pasan caminando como si todos y cada uno fueran los culpables de la desigualdad.

no soy ellos....pero...y soy que? qué proponer? por dónde empezar? como dije..muchas dudas, pero ahora con convicción.

ya basta con sólo esperar. ya basta con generalizar.

en retrospectiva... creo que los chinos hicieron bien, y si me hubiera dado cuenta de todo esto antes, en una de esas mejor me quedaba jugando con ellos, porque si uno no va a caminar con la convicción de unas botas negras, entonces las huellas no se quedan marcadas...y si no se trata de hacer camino, entonces no tiene sentido andar.

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